lunes, 7 de marzo de 2016

Tras la Sombra de un Submarino

Imagínate que el sonar del barco te dice que bajo el agua hay algo
Imagina esta muy profundo
Imagínate que bajas para ver de que se trata.
Imagínate que descubres un viejo submarino.
Imagínate que es un un submarino nazi.
Imagina que nadie sabe de su existencia

Esta es la maravillosa aventura que esta escrita en el libro Tras la Sombra de un Submarino de Robert Kurson. Pero lo bueno, lo bonito, es que es real. Paso de verdad. Murieron de verdad.


Esta es la historia de una serie de buzos que encontraron un pecio a 60 millas de la costa de New Jersey en 1991. Bill Nagle y John Chatterton se dieron de bruces con este misterio y trataron de darle respuesta. Más adelante se les unió Richie Kohler. Entre todos tardaron más de 6 años en descubrir el misterio que se escondía bajo las aguas.


John Chatterton y Richie Kohler

Pongámonos en situación. Bucear en pecios es peligroso. Una cosa es orbitar alrededor de ellos y contemplarlos con una cierta distancia y como mucho meter la cabeza dentro de un agujero para conseguir ver algo. Otra muy distinta es introducirse dentro: estrecho, oscuro, con muchísimos objetos donde quedar atrapado, levantado el limo de la superficie para nublar toda el agua que te rodea. Si lo sumamos a descender a 67 metros de profundidad utilizando únicamente aire para respirar.. la suma es algo un poco suicida.


La narcosis empieza a atacar a los buzos mas o menos a partir de los 30m de profundidad, el nitrógeno que respiras te narcotiza provocando síntomas semejantes a una borrachera (visión túnel, exaltación de la amistad, euforia, subestimar los riesgos...) Actualmente para bucear a grandes profundidades utilizamos mezclas gaseosas con menos nitrógeno (trimix), pero en el momento del descubrimiento del submarino no se conocía demasiado bien, llegando a pensar que eran cosas de vudú.



El siguiente peligro no es tan inmediato, es la enfermedad descompresiva. Es mas difícil de explicar (ademas que los que buceamos ya sabemos que es) pero se debe a ascender de la profundidad rápidamente lo que provoca que en la sangre y en los tejidos del cuerpo se formen burbujas de gas. Esto provoca dolor, parálisis, embolias y hasta la muerte.

Esos son los principales peligros a los que se enfrentaron al bucear en el submarino alemán, la genialidad del autor es que consigue que te produzca la misma sensación de angustia y nervios que debieron experimentar los buzos cuando se metían al agua.

Desgraciadamente en esta aventura perecieron tres buzos. Uno de ellos afectado por la narcosis y otros dos (padre e hijo) por la enfermedad descompresiva al hacer un ascenso de emergencia desde las profundidades.

Tras investigar en archivos por Estados Unidos, Inglaterra y Alemania consiguen pistas para sospechar el nombre del submarino, pero no es hasta que arriesgándose muchísimo consiguen llevar a superficie una caja de herramientas con el nombre de la embarcación: U-869



Es un libro muy adictivo de leer sobre todo si estas en el mundillo. A veces se pasa un poco con las descripciones del origen de los buzos participantes (problemas familiares y demás) pero le confiere un toque de humanidad al asunto, no son superhombres, son personas como nosotros.

A raíz del descubrimiento del submarino se han hecho varios documentales y he leído en Internet que están preparando una película.

Os dejo el enlace del documental: El Submarino perdido de Hitler.

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